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viernes, 3 de agosto de 2012

Capitulo 1

Horn of winter

Bien, está todo listo.- Dijo mi padre haciendo un nudo a la red que guardaba nuestra captura de hoy. Había sido una buena pesca, volvíamos  a casa pues  ya el sol había caído y la noche se nos echó encima. El mar estaba tranquilo y la noche serena, mi padre y yo remábamos hacia la costa que casi no se veía.

Te dije que no nos adentráramos tanto en el mar padre.- Le dije.

Los mejores peces del norte están cerca de la isla de hielo.- Dijo este con una sonrisa.

Sí, pero queda lejos de la aldea y aun nos queda camino para remar.- Le dije levantando una ceja.

Si remaras mas y hablaras menos sería más fácil llegar a casa, ¿no crees?- Dijo este agitando mas fuerte el remo.

Yo pase de contestarle y seguí remando, odiaba tener que salir todos los días tan lejos para pescar y tener que remar. Miraba al horizonte sin dejar de remar, respirando la brisa del mar, todo estaba tan tranquilo y solitario que hasta me daba miedo, pero sabía que este mar era tranquilo. Mire hacia mi padre que estaba empleándose a fondo en los remos, yo también quería volver a casa y comerme un buen guiso de los que hacia mi madre, pero aun nos quedaban un par de millas para llegar, yo volví a mirar hacia la isla del hielo pero una niebla espesa tapaba la visión, yo fruncí las cejas.

¿Padre, que es esa niebla?- Dije desconcertado.

¿Niebla?, ¿Qué niebla?- Dijo este sin ni siquiera mirarme.

Ahí detrás, tapa la isla.- Le dije señalando.

Bueno a estas horas es normal que se forme niebla.- Dijo este sin dejar de remar.

Yo estaba seguro de que no era habitual que esa niebla apareciera de repente, era una niebla muy espesa y no habían nubes en el cielo, entonces me di cuenta que la niebla se estaba extendiendo por el mar tapando el cielo y la visibilidad del horizonte.

Padre…- Dije poniéndome en pie. -¿Qué es eso? Mi padre se giro y abrió los ojos sorprendido. La niebla nos había rodeado y no se veía nada, tan solo una cortina de humo blanca.

¡Rema!, ¡Hijo rema!- Dijo este muy apurado.

¿¡Que pasa!?- Le dije asustado. Mi padre era marinero desde pequeño y no había nada que le asustara del mar, algo malo había en esa niebla que mi padre estaba tan nervioso.

¡Padre!, ¿¡Que pasa!?- Le volví a preguntar.

Hijo, no pares de remar, rema con todas tus fuerzas, hay que salir de esta niebla como sea.- Dijo este con un gesto preocupado en su cara.

Yo no quise preguntar más me bastaba con ver su rostro para saber que debía apresurarme y comencé a remar como si no hubiera amanecer. Remábamos muy rápido, pero la niebla no cesaba seguía y seguía como si no tuviera fin. Comencé a ponerme nervioso y sentir agonía pues no veía nada y no podías casi respirar, el aire estaba muy denso por la humedad de la niebla. Podía sentir el cansancio en los hombros pero no podía parar de remar, huíamos de algo lo sabía, pero no quería preguntar. De repente un crujido de madera vieja salió desde la profundidad de la niebla, mi padre me miro con los ojos abiertos como platos y me agarro del brazo.

¡Hijo, escóndete!- Me dijo muy apurado mientras levantaba la puerta del almacén donde guardábamos el pescado.

Yo mire fijamente a mi padre sin decir palabra y observe su rostro asustado, me quede mirándolo cuando otro crujido salió de la niebla, los dos miramos hacia la dirección de la que provenía el sonido, nos quedamos mirando a la niebla y comenzó a verse entre la niebla la proa de un barco, parecía nórdico, pero muy antiguo, estaba muy deteriorado, la madera del barco estaba llena de algas y moluscos, y las velas estaban rotas y llenas de musgo.

¡Rápido, escóndete!- Dijo tirándome del brazo hacia el almacén.

Estaba muy confuso no sabía que pasaba pero no pintaba bien, obedecí a mi padre y me oculte entre los peces y mi padre cerro el almacén, estaba asustado, estaba todo oscuro y húmedo, podía sentir el frio de las escamas mojadas de los peces. Miraba hacia arriba, entre las tablas de la puerta se podía ver un poco, veía a mi padre de pie, inmóvil, con la mirada fija en aquel barco que se acercaba rápidamente, yo podía oír el crujido de su estructura.

Por favor… Dioses, ayudadnos, por favor… misericordia…- Suplicaba mi padre. 

Yo abría mas los ojos para poder ver qué pasaba ahí fuera y me acerque un poco a la raja entre las tablas y puede ver como una sombra recorría nuestra barca, y un escalofrió recorrió mi cuerpo. Mi padre comenzó a llorar y suplico por última vez.

Por favor… ¡No!- Dijo este antes de que un algo le atravesara. Pude oír el grito de dolor de mi padre y como su cuerpo cayó al piso, yo me hice hacia atrás muerto de miedo, y llorando de la agonía, note que algo se subió al barco, algo oscuro, yo rezaba con todas mis fuerzas para que no me encontrara. Me tape la boca para que no se pudiera oír mis gemidos, oía los pasos sobre las tablas y pude contemplar como algo se detenía justo en la rendija entre las tablas, y pude ver aquella criatura, tenía cara esquelética y una armadura muy antigua. Yo me quede inmóvil, sin casi respirar. Entonces los pasos de la criatura desaparecieron por la barca y note como desembarcaba de la barca. Yo sentí un alivio, pero no podía moverme, no quise salir de mi escondite estaba aterrado y no podía dejar de temblar. Los crujidos del barco se perdieron en el horizonte y un silencio invadió la barca, yo alcé lentamente mi mano temblorosa hacia la trampilla del almacén, toque su madera y empuje, abriéndola lentamente, seguía estando aterrado, pero quería saber que había sido de mi padre. Fui saliendo poco a poco, y vi como un rastro de sangre recorría la barca y desaparecía en estribor, como si hubieran arrastrado su cuerpo. Yo caí de rodillas y comencé a llorar muy fuerte, estaba confundido, no sabía que había pasado allí, que eran esas criaturas, y que le habían hecho a mi padre. Entonces comprendí que no podía quedarme a la deriva, por si volvían a aparecer, entonces cogí los remos y reme sin descanso y a toda prisa hacia tierra.


WINTERFALL

Buena cacería padre.- Dijo Rigras Wolfpaw, príncipe del norte.

Ya lo creo hijo, pero creo que te queda mucho por aprender aun.- Le contesto Athelwulf con una carcajada.

Bueno yo creo que se me da bien esto.- Dijo colocando un ciervo detrás de la silla del caballo.

Oh si ya lo creo, los Wolfpaw llevan milenios cazando.- Contesto Athelwulf.

Lo sé, padre, me ha contado esas historias mil veces.- Dijo Rigras montando en el caballo.

Está bien, como el señor desee.- Dijo irónico Athelwulf y monto al caballo.

Creo que está un poco viejo ya padre.- Dijo Rigras al ver que le costaba subir un poco al caballo.

¿Viejo yo?... aun puedo crujir un cráneo con mis propias manos jovencito.- Le contesto este un poco a la defensiva.

Oh venga ya, sabe que es de broma.- Le contesto el joven dándole una palmada en la espalda. Y ahora volvamos a casa que madre seguro querrá veros-. Y de un golpe de talón en el costado de los caballos los dos comenzaron a avanzar sobre la nieve del bosque. Los dos iban trotando por el camino hacia la ciudad.

Padre, sabe que vuestro amigo, el rey Eddwin vendrá a Winterfall esta tarde.- Dijo el joven Rigras mirando hacia Athelwulf.

No, no lo sabía, ¿Cómo es que no me habías dicho nada?- Dijo el señor del invierno con un gesto de sorpresa.

Pues sí, una paloma de King’s Dawn a traído el mensaje a primera hora, el mensajero me lo comunico a mi pues no os encontrabais en el castillo.- Le contesto Rigras.

¿Y me lo dices ahora?- Dijo Athelwulf un poco descontento.

Lo siento padre, ya sabe que mi cabeza esta a veces en otras partes.- Dijo justificándose el joven.

Si, en esa tal Rose… ¿No?- Dijo astuto Athelwulf soltando una carcajada.

¿Cómo?, no.- Dijo un poco cortado el joven.

Vamos hijo, esa moza es bien bella, y estas en edad.- Le dijo el padre compresivamente.

Padre, sabe que yo me comprometeré con Lady Anne.- Dijo el joven.

Y no lo pongo en duda hijo, pero no me niegues que esa chica te ha robado el ceso, pero no te preocupes yo con tu edad me cepillaba a toda buena moza que se me ponía delante.- Dijo Athelwulf riendo.

Padre…-Dijo Rigras avergonzado.

Está bien, veo que no te hace mucha gracia hablar de chicas con tu padre.- Dijo Athelwulf.

Apresurémonos, debemos hacer los preparativos de la visita real, hay que tener todo a punto.- Dijo Rigras cambiando de tema.

Athelwulf asintió con la cabeza y los dos comenzaron a cabalgar colina abajo para incorporarse en el camino de tierra que llevaba a Winterfall, la nieve bordeaba el camino y al fondo se podía ver la muralla de la ciudad y las torres del castillo. Los dos cabalgaban por el camino, cargados con sus presas. Al llegar a las puertas de la ciudad los soldados que vigilaban hicieron una reverencia.

Mi señor.  Joven Rigras.- Dijeron los guardias y abrieron las puertas.

Los dos entraron en la ciudad que estaba pintada con pinceladas blancas de la nieve y llena de multitud por las calles. Todos saludaban a los señores de la ciudad con una sonrisa en la cara. Trotaban calle arriba hacia el castillo cuando de repente una niña hermosa salió corriendo hacia Athelwulf, era Irelia su hija menor.

¡Padre! ¡Padre!, ya has vuelto.- Dijo la niña con una sonrisa radiante.

Ven aquí renacuaja.- Dijo Athelwulf cogiéndola y montándola en el caballo.

¿Qué hacías tu sola por ahí? ¿Y Kathrin?- Pregunto Athelwulf a la pequeña.

Esta con madre, preparando el salón para recibir a los reyes.- Dijo la niña con una voz dulce.

¿Y Jorn donde esta?- Pregunto Rigras a su hermana.

Jorn está entrenando con su arco en los establos, dice que quiere sorprender al rey para que le haga su escudero.- Dijo la niña riendo.

¿A si?- Pregunto Athelwulf sonriendo.

Jorn siempre ha sido muy iluso, si casi no sabe tirar ni una flecha.- Dijo Rigras riendo.

¿Sabías tu usar el arco con 10 años?-  Pregunto Athelwulf defendiendo a su hijo menor.

Aprenderá. Deberías ayudar a tu hermano en vez de burlarte de él.- Dijo Athelwulf a Rigras.

¿Y acaso crees que no lo he intentado?, pero él se niega a que le ayude, dice que solo le doy ordenes y no le dejo practicar, que prefiere practicar con Udier.- Dijo Rigras justificándose.

Ya hablare con tu hermano.- Dijo Athelwulf pacientemente. 

Al llegar al castillo desmontaron de sus caballos y dos muchachos descargaron los caballos y se los llevaron, Los tres caminaron hacia las puertas del castillo que se abrieron según ellos cruzaban el camino de piedras que llegaba a las puertas.  Al entrar se encontraron el salón lleno de gente que cargaban cosas, mujeres llevando comida a las cocinas, hombres colocando mesas ,otros hombres colocando ramas decorativas en las paredes, las lámparas estaban bajadas y estaban reponiendo grandes velas, y en medio de todo aquel caos estaba Ashe, la esposa de Athelwulf dando órdenes.

Traed grandes velas, quiero que el salón este bien iluminado, y traed mucha cerveza y el mejor vino que tengamos, quiero esas mesas bien decoradas, preparad un buen ciervo, y estofado de aguamiel que he oído que a Eddwin le encanta.- Decía sin parar Ashe.

Athelwulf miraba sorprendido lo que pasaba en su castillo, y miraba como Ashe aun no se había dado cuenta de que él estaba allí, estaba muy ocupada dirigiendo aquella reforma.

Ashe.- Dijo Athelwulf llamando la atención de la atareada mujer.

Oh, cariño, lo siento no me había dado cuenta.- Dijo la mujer sorprendida.

Veo que estáis ocupadas.- Dijo Athelwulf mirando a su alrededor.

Pues sí, tiene que quedar todo perfecto, si no que pensara el rey de nosotros.- Dijo Ashe sin parar de coger y poner cosas.

¿Y Kathrin?, Irelia me dijo que estaba contigo.- Pregunto Athelwulf que andaba detrás de la imparable mujer.

Kathrin está en las cocinas.- Contesto Ashe.

Am muy bien… bueno, ¿En qué puedo ayudar?- Dijo Athelwulf al ver que estaba allí sin hacer nada.

Lo que tienes que hacer es preparar a la guardia y ponerte bien guapo para el recibimiento del rey, y de paso prepara nuestros hijos también.- Dijo Ashe mirándolo y quieta por una vez.

Entendido mi señora.- Dijo Athelwulf haciendo un gesto burlón y riendo.

Ella puso los ojos en blanco, agito la cabeza y se dio la vuelta y siguió con las labores. Athelwulf con paso ligero desapareció del salón hacia los aposentos de Rigras, caminaba por el pasillo y no dejaban de pasar mujeres con cosas en las manos hacia el salón. 

Rigras.- Dijo al llegar a la puerta y toco en ella.

¿Si?- Dijo Rigras cuando abrió la puerta.

Acompáñame al barbero, tu madre quiere que nos pongamos guapos para el rey.- dijo riendo.

¿En serio?- Dijo Rigras ladeando la cabeza.

Y tú, vete a buscar a Jorn, llévalo a su cuarto y que las nodrizas lo bañen y lo vistan propiamente.- Dijo Athelwulf a una criada.

Si mi señor.- Dijo está haciendo una reverencia y salió a toda prisa.

Venga vamos.- Dijo Athelwulf a su hijo dando un golpe de cabeza en la dirección que debían ir, los dos se pusieron en marcha.

Mientras tanto en el salón Ashe seguía muy atareada, la mayor parte del salón estaba preparado, pero Ashe era muy perfeccionista y quería todo perfecto.

Vamos, vamos, que esa lámpara ilumine sobretodo esta zona de aquí, no quiero que las mesas estén muy cargadas, pero que estén llenas, pongan cortinas de encaje en las puertas, y limpiar los ventanales.- Ordenaba Ashe a todos los sirvientes.

Madre.- Dijo una joven hermosa que salía de una de las puertas, era Kathrin.

Todo está en orden en las cocinas.- Dijo esta acercándose.

Vale, perfecto.- Contesto Ashe.

¿Algo más?- Pregunto la joven.

No, no te preocupes ya lo que queda me ocupo yo, ve a tu cuarto y ponte guapa para el príncipe Leofric, me han dicho que está muy bien.- Dijo esta soltando una carcajada y poniéndole una mano en el hombro.

Como desee madre.- Dijo esta sonriendo.

Vamos, ve.- Dijo esta dándole una tortita en el culo, y esta comenzó a caminar velozmente hacia sus aposentos.

Las puertas del salón se abrieron y entraba la sirvienta con Jorn para asearlo.

Ah bien, ya mismo iba a mandar a buscarte, pero veo que ya tu padre se me adelanto.- Le dijo Ashe a Jorn.

Si…-Dijo un poco enfado el chico.

Venga vamos a prisa.- Dijo Ashe agitándole los cabellos.

El niño y la sirvienta comenzaron a caminar pero Ashe detuvo a la sirvienta.

¿Sabes dónde está Irelia?- Pregunto Ashe.

No mi señora, creo que está en su habitación, y ya se están encargando de sus preparados.-Contesto la sirvienta.

Perfecto, puedes marchar.- Dijo Ashe.

Mi señora.- Dijo la sirvienta haciendo una reverencia.

La sirvienta le puso la mano en el hombro a Jorn y desaparecieron rápidamente del salón.

La tarde se les echó encima y ya el salón estaba listo, Ashe seguía retocando unos detalles con un par de sirvientes, Athelwulf salió de una de las puertas acompañado de Rigras.

Bueno, nosotros estamos listos.- Dijo Athelwulf.

Vale, perfecto, en cuanto lleguen los demás saldremos a las puertas a recibirlos.- Dijo Ashe sonriendo, se acerco a Athelwulf y se quedo mirándolo.

¿Qué ocurre?, ¿No te gusta el corte de la barba?...-Dijo Athelwulf.

Si, si te queda muy bien.- Dijo ella riendo.

¿Entonces?- Dijo el mirándose el atuendo para buscar fallos.

Athelwulf… tú corona.- Dijo Ashe agarrándole las manos.

Oh, sí cierto, la corona.- Dijo Athelwulf con una pequeña carcajada.

Quedaría descortés que recibas al rey sin la corona de tu reino.- Dijo Ashe dándole un beso.

Athelwulf sonrió y ordeno que le trajeran su corona, cuando la puerta que llevaba a las habitaciones se abrió y aparecieron Kathrin e Irelia muy arregladas, con vestidos largos muy hermosos, y tocados en el pelo.

Bueno pues ya estamos todos.- Dijo Ashe suspirando.

Falta Jorn madre.- Dijo Rigras.

Ese niño…- Dijo Ashe haciendo un gesto de negación con la cabeza.

Entonces las puertas del salón se abrieron y entro Jorn corriendo y gritando, vestido con una armadura.

¡Ya vienen!, ¡Ya vienen! ¡El rey casi ha llegado, vienen sus hijos, su esposa, y toda su corte!- Dijo el niño.

¡Pero Jorn, que haces con esa armadura!- Dijo Ashe dándole un golpe en el yelmo.

Jorn quítate eso.- Dijo Athelwulf.

Vale, está bien, me lo quito.- Dijo Jorn con enfadado.

¡Venga vamos, vamos!,  que el rey casi ha llegado y tenemos que bajar a las puertas a recibirlo.- Dijo Ashe dándole prisas a todos.

Entonces la familia del norte salió del castillo rodeada de guardias, la multitud se había amontonado a las puertas de la ciudad, todos querían ver a la familia real, los guardias hacían de barrera humana para dejar el camino libre para la entrada de los reyes. La familia de Athelwulf llego muy apresurada y se pusieron todos a un lado de las puertas a esperar la entrada de los huéspedes. Entonces los cuernos reales sonaron tras las puertas, y estas se abrieron de par en par dejando ver  una fila de caballos montados por guardias reales portando el estandarte real de los Lionheart, la multitud comenzó a gritar eufórica.  Comenzaron a entrar todos por las puertas de la ciudad, el convoy iba encabezado de guardias. Luego le seguía la corte, después un carruaje en el que iban la reina y su hija, y tras ellos el rey Eddwin con su hijo Leofric, Kathrin miro fijamente al príncipe y se quedo con la boca media abierta, el príncipe le miro y sonrió. Entonces un pregonero anuncio.

He aquí al rey Eddwin Lionheart el primero de su nombre, rey de King’s Dawn, de los 5 reinos y protector de Skynar, acompañado de su familia, la reina Jaina Lionheart, su hijo Leofric Lionheart y sus hijos menores Athelswin y Edmun Lionheart.- Dijo el pregonero ante la gran expectación.

Toda la multitud estallo de furor, Eddwin desmonto del caballo y se acerco a la familia del norte. Unos sirvientes abrieron las puertas del carruaje para que saliera la reina y su hija. El rey Eddwin se acerco a Ashe.

Lady Ashe.- Dijo Eddwin besándole la mano.

Majestad.- Dijo Ashe haciendo una pequeña reverencia.

El rey se dirigió ahora hacia Athelwulf y se paro delante de él mirándolo fijamente con el rostro muy serio.

¿Qué demonios os habéis hecho en la barba?- Dijo Eddwin estallando en una carcajada.

Los dos comenzaron a reír, y se abrazaron, dándose palmaditas en la espalda.

Mi viejo amigo.- Dijo Eddwin agarrándole del hombro a Athelwulf y se sonrieron mutuamente.

Entonces el rey Eddwin pasó a Kathrin.

Cada vez estáis mas bella jovencita.- Dijo Eddwin sonriéndole y besándole la mano.

El rey se dirigió ahora a Rigras.

Machote.- Dijo este dándole un palmaditas en el brazo y Rigras sonriendo imito al rey.

El rey paso ahora a Jorn que no le dejaba de mirar.

Vaya, vaya, a ver esos músculos.- Dijo el rey sonriéndole.

Jorn contrajo el bíceps mostrándocelos al rey y el rey solto una carcajada.

Serás soldado.- Dijo el rey poniéndole la mano en la cabeza y agitándole el cabello. El rey dio unos pasos hasta la última de la familia.

¿Y quién es esta pequeña princesa?- Dijo sonriéndole a Irelia y esta le devolvio la sonrisa.

El rey había terminado de saludar a todos los integrantes de la familia y ahora le tocaba a la reina, ella fue directa a su hermano Athelwulf.

¡Hermano!.- Dijo esta abrazando a Athelwulf.

Tú siempre tan hermosa.- Dijo Athelwulf.

La reina fue más rápida saludando y enseguida todos habían terminado de hacer presentaciones, las dos familias riendo y contándose como iban los reinos, se dirigían al castillo acompañados y escoltados por una gran multitud. La noche invernal había caído sobre el norte y se dirigían al salón del castillo para comenzar la cena de bienvenida que con tanto esfuerzo prepararon.


sábado, 28 de julio de 2012

The Five Crowns: ''Drums of war''.

Prólogo


El mundo ha cambiado, lo siento en el agua, lo siento en la tierra, lo huelo en el aire. Una guerra se avecina, no sé quien luchara ni porque. Los tambores de guerra han vuelto a sonar, todo lo que conocemos está a punto de cambiar…pues los elementos están inquietos, y me hacen tener una visión en el pasado, la guerra por la libertad, mucho se perdio entonces, pera ya nadie vive para recordarlo.
Todo comenzó con la forja de las cinco coronas de los reinos del Oeste. Los Falkratheon que por aquel entonces eran los gobernantes de King's dawn encargaron a los señores del fuego que forjaran las coronas de la alianza de los cinco reinos. A los Lionheart se les entrego la corona del fuego, pues la luz era su estandarte. A los Wolfpaw se les entrego la corona del invierno, pues eran los señores del norte. A los Eaglewin se les entrego la corona de las estrellas, pues eran los señores del cielo. A los Red-run se les entrego la corona del jinete, pues eran los señores de los caballos. Y los Falkratheon adictos del poder y las ansias de gobernar, se coronaron con la corona del Sol, una corona para gobernar a las demás.
Tras largos años de gobierno de los Falkratheon, la tiranía, la ambición y la crueldad floreció en el seno de la familia, los demás reinos presos de la agonía, y del reino del miedo, proclamaron su libertad. La revolución estallo en Skynar, y así pues los demás reinos se unieron para vencer a la familia del terror. Los Falkratheon conocidos como los conquistadores, por su fuerza bélica y su poder, vencieron a la alianza de los 4 vientos. Cuando ya todo estaba perdido, y la esperanza se nublo en los reinos, una última alianza entre los Lionheart y los Wolfpaw sorprendió al reino. Los Lionheart, gobernados por Alfred, pactaron un lazo entre las casas por medio del matrimonio, prometió casar a su hijo legitimo con la hija mayor de Viktor Wolfpaw el señor del invierno, y a cambio si vencían los Wolfpaw dejarían gobernar a los Lionheart. Tras la firma del acuerdo y el casamiento de sus hijos lograron crear un ejército de 30.000 banderizos entre Lionheart y Wolfpaw, marcharon a King's dawn donde esperaba el ejercito real. Tras una larga y sangrienta batalla por la libertad, el ejército imperial fue reducido poco a poco, la batalla no fue fácil y muchas vidas se perdieron de ambos bandos. Los Falkratheon, consientes de su cercana muerte deciden huir del castillo escoltados por la guardia real, pero Viktor Wolfpaw los ve salir del castillo y con unos de sus hombres sale tras ellos, al llegar al puerto Viktor llama cobarde y traidor al señor de los Falkratheon, y entonces este le contesta ``el lobo sale de su madriguera a cazar al ciervo sin saber que el ciervo tiene la cornamenta muy afilada´´ y le lanzo un arma ponzoñosa, el rey nórdico no conoce impedimento alguno y aun herido se lanza contra la escolta y el rey, el ciervo conocido por su astucia sabia que el veneno le cortaría reflejos y le ataco asestándole un golpe en el pecho con su espada dejándolo tirado en el suelo, El rey ciervo se giro sonriendo, y Viktor saco sus últimas fuerzas para cortarle la cabeza. 
Alfred Lionheart, que consiguió vencer a las fuerzas de la ciudad corrió en busca de Viktor Wolfpaw que yacía moribundo en las calles del puerto. ''El hijo, ha huido'' dijo este antes de morir. Los pueblos eran libres y empezaba el reinado de los Lionheart.
Alfred, montado en un enorme león dorado, entro en el castillo para apoderarse del trono que había conquistado, así pues comenzaron los tiempos del León.
Mientras tanto el hijo de los Falkratheon, Darius Falkraheon. El único que se salvo, y unos pocos de su casa, huyeron a la península de Marathi donde se aislaron del mundo con una gran muralla, llamada la puerta de cólera, pues era esta tan grande hacia los otros reinos que se decía que la muralla era indestructible.
Tras la muerte de Alfred Lionheart, su hijo legítimo Eddwin Lionheart heredo el trono, casada con la hija de  Viktor Wolfpaw, Jaina Leonheart. Eddwin  engendro tres hijos con su amada reina, Leofric Lionheart, el hijo mayor y heredero, Ethelswin Lionheart, una hermosa joven y Edmund Lionheart el hijo menor.
Ahora los reinos reconstruidos de la gran guerra, viven una época de paz que pronto acabara, el mal se cierne desde el norte. Algo ha vuelto a despertar en el inquieto mar del norte… los elementos se inquietan ya casi no puedo meterme en el plano elemental, los elementos han sido silenciados excepto uno, el fuego. La llama de la torre de Morgas’thul ha vuelto a encenderse, las tierras del fuego han vuelto a resurgir bajo la sombra de las alas de Valanos, el rey de los Thyndranun, a pesar de jurar lealtad a la corona, veo hambre mala en sus ojos. Solo sé que algo malo se avecina y descubriré el que.
-Aryana ''Cancion de Inverno''-